El segundo gran incendio del verano en Ávila mantiene en vilo a la provincia. Después de las 1.500 hectáreas calcinadas en Navaluenga, el nuevo frente declarado en la noche del lunes en el Barranco de las Cinco Villas, entre los términos de Cuevas del Valle y Mombeltrán, sigue sin estar estabilizado y ya ha afectado a unas 600 hectáreas, según estimaciones provisionales del operativo de extinción.
Un inicio crítico y un avance veloz
El fuego se desencadenó pasadas las 23:00 horas del lunes, cuando ya no podían operar medios aéreos. Su propagación fue inmediata debido al viento fuerte, con rachas de hasta 50 km/h, y a la orografía abrupta de una zona densamente forestal.
Las llamas alcanzaron rápidamente zonas próximas a Mombeltrán, lo que obligó al confinamiento parcial del municipio y al desalojo preventivo de una zona de chalés por encima de la piscina municipal.
Durante la madrugada, la situación obligó a elevar la emergencia a Índice de Gravedad Potencial 2 (IGR2) y Situación Operativa 2, el máximo en Castilla y León, debido al riesgo para la población y el avance descontrolado del fuego.
Despliegue sin precedentes
Desde las primeras horas, el despliegue ha sido masivo. Más de 140 medios han trabajado durante el martes en las labores de extinción, con la intervención de:
Más de 20 medios aéreos, incluyendo hidroaviones, helicópteros de carga, aviones de coordinación y unidades del MITECO. 30 cuadrillas terrestres, 26 autobombas, 7 bulldozers, 11 cuadrillas helitransportadas (BRIF y ELIF). Más de 35 técnicos, celadores y agentes medioambientales.Dos batallones de la UME, enviados desde Torrejón de Ardoz.
🔴ÚLTIMA HORA🔴
La @UMEgob envía más efectivos al incendio de #Ávila, por la situación del #IFCuevasDelValle #IFMombeltran.
Se desplazan desde León para ayudar en la extinción del fuego. Con su aportación ya son 161 militares y 59 medios.
💛 Gracias por estar ahí, siempre. pic.twitter.com/kmSVnbSyIb
— Ministerio Defensa (@Defensagob) July 29, 2025
El director técnico del operativo, Ángel Iglesias, explicó en rueda de prensa que, pese a la dureza del incendio, los equipos habían logrado construir líneas de contención cercanas al frente de llama, lo que ofrece cierta esperanza.
Riesgos persistentes y previsión para la noche
Con la caída del sol, el viento ha comenzado a girar hacia el norte, lo que podría complicar el control del flanco izquierdo, en dirección sur. Iglesias advertía que el fuego aún mantenía su “cabeza activa”, aunque no se daban las condiciones más extremas al no confluir simultáneamente topografía, viento y combustible, lo que permitía una cierta anticipación táctica en el operativo.
El objetivo inmediato es anclar un perímetro controlable, aprovechando los tramos de pista, caminos forestales y carreteras que pueden actuar como cortafuegos.
Un operativo golpeado por la tragedia
Durante el despliegue se produjo una pérdida humana: un bombero forestal falleció en accidente de tráfico cuando se dirigía al lugar del incendio. La Junta de Castilla y León ha expresado su pesar y ha trasladado sus condolencias a la familia y compañeros.
Aparte de este suceso, no se han registrado más daños personales. Las personas desalojadas en Mombeltrán han podido regresar a sus viviendas, y la carretera N-502, cerrada desde el inicio del fuego, ha sido reabierta al tráfico en la tarde del martes.
Un incendio con memoria
El incendio actual avanza por zonas que ya ardieron en el año 2009, cuando se calcinaron 4.500 hectáreas. La vegetación regenerada desde entonces, junto a las altas temperaturas propias del Valle del Tiétar en plena canícula, ha convertido el área en un escenario de alto riesgo.
Además, el día 15 de agosto, uno de los más calurosos y con más desplazamientos del año, genera inquietud ante la posibilidad de nuevos focos en un contexto meteorológico seco y con fuertes anomalías térmicas previstas para este mes.